Mallorca
Un paseo por un pintoresco pueblo de piedra de miel, una siesta en una playa digna de un póster y un aperitivo al atardecer en un restaurante junto al mar: un alquiler de barcos en Mallorca le permitirá disfrutar de una semana llena de experiencias superlativas.
Y por si fuera poco, con un paisaje espectacular, mares turquesas y un tiempo fiable e idílico, Mallorca ofrece unas condiciones de navegación inigualables. Si a esto le añadimos los 300 días de sol al año, la amabilidad de los habitantes de la isla y el ambiente relajado, es fácil ver cómo los recuerdos inolvidables son cortesía de un alquiler de barcos en Mallorca.
Día 1 - Palma
Desde boutiques elegantes y galerías con estilo hasta restaurantes con estrellas Michelin: aquí mismo, en Palma, encontrará todo lo que se puede esperar de una animada capital. Y si cree que esta ciudad mediterránea tiene pocas sorpresas en su manga (de verano), piénselo de nuevo. Tanto si se encuentra con un fascinante taller de artesanía en una calle empedrada como si dobla una concurrida esquina para encontrar una plaza felizmente tranquila, Palma sorprende y deleita a sus visitantes en igual medida.
Día 2 - Port d'Andratx
A continuación, disfrutará de un viaje en crucero hasta el Puerto de Andratx, uno de los favoritos de los aficionados a la navegación de todo el mundo. A su llegada, podrá estirarse en la gran playa de arena de Sant Elm o ir de excursión a las ruinas del Monasterio de la Trapa, un impresionante paseo que incluye una torre de vigilancia de 400 años de antigüedad. Si le gusta que el aperitivo nocturno se sirva junto a una espectacular puesta de sol, diríjase a una de las elegantes terrazas del paseo marítimo del puerto. El Tim's Bar, en el extremo más alejado, es nuestro favorito.
Día 3 - Sóller
Desde Port d'Andratx, se dirigirá al Puerto de Sóller, un pueblo pesquero muy activo que rodea una bahía prácticamente cerrada. Suba al tranvía de estilo retro que le llevará a la ciudad de Sóller para contemplar los jardines llenos de cítricos y visitar las galerías de la ciudad que muestran a Picasso y Miró.
Las copas nocturnas son imprescindibles en el Puerto de Sóller. En pleno verano y desde el punto de vista adecuado, se puede ver cómo el sol se hunde en el mar y justo entre las fauces de los dos cabos del puerto.
Día 4 - Pollença
Aparte de su imagen perfecta y su ritmo suave, la bonita Pollença -su próximo puerto de escala- rebosa de historia. Puede pasar el día explorando las antiguas ruinas y estructuras de la ciudad, como el Santuari de la Mar de Déu des Puig, un convento del siglo XIV, y el Pont Romà, un puente romano de dos arcos. También puede pasar las horas tomando un café con leche en el puerto o visitando las exclusivas boutiques y galerías de Pollença.
Día 5 - Cala Ratjada
Desde visitar el encantador puerto antiguo con sus tradicionales llaüts (barcos de pesca de madera) hasta ir de excursión a la Punta de Capdepera y tomar el sol en una suave extensión de arena dorada: Cala Ratjada ofrece un caleidoscopio de atracciones para los más activos y los más relajados. Cala Agulla y Sa Pedruscada son dos de las playas de ensueño de la zona. La tranquila Cala Agulla, con bandera azul, está respaldada por una zona de conservación cubierta de pinos, mientras que la cala pedregosa de Sa Pedruscada encanta por sus pequeñas casitas de pescadores.
Día 6 - Cala D'Or
Le encantará Cala d'Or por sus bonitas calas como Cala Esmeralda y Cala Serena. Aparte de sus evocadores nombres, todas las calas cuentan con arena fina y aguas increíblemente transparentes que son ideales para practicar el esnórquel. Si prefiere disfrutar de la playa sin nadie más, diríjase a S'Amarador, una playa natural situada en la impresionante reserva natural de Cala Mondragó.
Port Petit es uno de las marinas más glamurosas de Mallorca y cuenta con un montón de bares frente al mar en los que se puede tomar una copa de vino y observar a la gente.
Día 7 - Cabrera
Aquellos que busquen una naturaleza intacta amarán la naturaleza de Illa de Cabrera, una de las 19 islas e islotes deshabitados que conforman el único parque nacional de las Baleares. Suba a la fortaleza del siglo XVII para disfrutar de unas magníficas vistas del puerto natural, la isla y el reluciente mar turquesa, o súbase a la lancha para visitar la mágica Cova Blava de Cabrera, una cueva marina con los tonos de azul más intensos que jamás haya visto.